La rinoplastia es una de las cirugías estéticas más solicitadas tanto en mujeres como en hombres. La razón es que la nariz se encuentra justo en el centro del rostro y, por lo tanto, es el punto focal de la cara. Por ello, las narices demasiado grandes, torcidas o con puente pueden causar problemas de autoestima en las personas.
En lugar de acudir al médico con una foto de un famoso cuyo nariz le gusta mucho, hay cuatro puntos importantes que debe tener en cuenta para que las operaciones de estética nasal que le realice su médico puedan considerarse «buenas»:
1. Estado psicológico
Debe explicar a su médico sus molestias y lo que desea exactamente. Esta operación también incluye un proceso previo en el que se discute todo lo que necesita saber y en el que debe prepararse psicológicamente.
2. Una nariz que le favorece
Puede que le guste mucho la nariz de otra persona. Pero, ¿está seguro de que le quedaría bien a usted? El objetivo de su médico en la cirugía estética de la nariz es diseñar la forma de nariz que más le favorezca y le permita respirar correctamente. Se recomienda que vea la nariz que su médico ha diseñado para usted mediante dispositivos de diseño 3D en un entorno informático.
3. Una buena respiración
Una de las consecuencias de la desviación de la nariz puede ser la dificultad para respirar correctamente. Aunque no sea consciente de ello, es posible que tenga problemas para respirar. Su médico corregirá la forma de su nariz y, al mismo tiempo, realizará los procedimientos necesarios para que pueda respirar con mayor facilidad. Tras una cirugía nasal satisfactoria, podrá percibir los olores con mayor claridad y, al mismo tiempo, respirar de forma mucho más saludable.
4. Ser reconocido
Una de las características de una buena cirugía de nariz es que alguien que te ve por primera vez no se dé cuenta de que tu nariz ha sido sometida a una intervención estética. Si las personas que te ven por primera vez no se dan cuenta de que tu nariz ha sido operada, significa que tu médico ha hecho un trabajo excelente.
